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sábado, 20 de abril de 2013



LA PASIÓN VIVIENTE  EN  ALBALATE DE ZORITA





 Los albalateños empiezan con la misma ilusión que el primer año a preparar su signo de identidad 
 de Semana Santa, es bien sabido por todos y precisamente lo que da fama a nuestro pueblo en  estas fechas, es la representación de la “Pasión Viviente”, declarada de interés turístico provincial. 




Largo recorrido lleva Albalate representando la pasión y muerte de Jesús. Allá por los años 70 y durante el viacrucis empezaron las primeras actuaciones, que por aquel entonces ya eran de una buena escenificación, y gozaban de fama en los pueblos cercanos. 



Con el paso de los años se ha ido evolucionando no solo se ha cambiado la fecha, sino también la forma de representar este acto. Actualmente la ”Pasión Viviente” son cuadros de figuras estáticas, que van narrando visualmente la trayectoria de los últimos días de Cristo.









 Durante unas horas algunas calles de Albalate se transportan al Jerusalén del año 33. Para lograr una atmósfera envolvente, hay que cuidar al máximo los detalles, los visitantes tienen que sentir el retroceso en el tiempo, y que al mismo tiempo, forman parte de los escenarios según van avanzando en el recorrido.









 En primer lugar la noche y los efectos de iluminación son piezas claves para el éxito, pues la semipenumbra hace que los humanos parezcan figuras de cera. Igualmente el vestuario y decorados están acorde con la época en la que nos situamos, nada tiene que indicar que actualmente es el siglo XXI, en plena era cibernética.



 Aunque la representación es de figuras estáticas, y no hay que estudiar ningún guión, tiene que estar todo preparado con anterioridad, pues en pocas horas hay que montar todo el decorado, las calles han de permanecer cortadas el menor tiempo posible para evitar molestias. 



La Iglesia, con su retablo barroco, da luz a las dos escenas que en ella se representan, pero todo hay que hacerlo a contrarreloj, pues a la hora mágica de las doce todo tiene que estar prácticamente recogido, se celebra la misa de resurrección y otra vez tenemos que regresar en el tiempo.









 La colaboración y el ímprobo de los Albalateños en este acto, es masiva, pues sin la ayuda desinteresada de los colaboradores sería prácticamente imposible, no solo el montaje sino la organización. Asimismo hay que resaltar y tener en cuenta los personajes de cada escena, pues han de permanecer en la misma posición durante un periodo muy prolongado, estamos hablando de más de tres horas, además de ancianos, hay también niños y no es fácil lograr la inmovilidad durante tanto tiempo, es un gran esfuerzo para todos, al margen de Jesucristo en la cruz que además de inmóvil, está prácticamente desnudo, y las noches de Marzo son bastante frías. Miles de visitantes acuden en la tarde del Sábado Santo para ver “in situ” esta magnífica representación, que a nadie hasta ahora ha dejado indiferente. 





Ana Isabel García García









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